Jartybrenianos, fue emocionante celebrar los nueve años de Jarty&Breny. Pido mil disculpas a todos los que esperaban una transmisión, pero debo confesar que la emoción se adueñó de mí y me hizo vivir cada instante como si fuera único. Mientras tanto, Breny, abrumado porque no lo escuchaba, se guardó todo para que, después de que pasara la euforia, me dijera que me había olvidado de hacer la transmisión.
¡La vida misma! ¿Qué le vamos a hacer? Es lo que somos, es lo que hay. El día en que los que habitamos esta tierra lleguemos a entender al ser humano desde sus limitaciones —olvidadizo, con errores, con defectos, pero también con cualidades y aciertos—, ese día habremos ganado el verdadero equilibrio.
Gracias, muchas gracias, por todas las muestras de cariño y por su presencia constante.
