Cuando hice mi primer dibujo para un empaque estaba tan feliz que esperaba ansioso la hora de tener el producto entre mis manos. Y cuando llegó, lo trate con tanto cuidado para no malograr la impresión. Claro, era mi “hijo”. En fin, el asunto es que al salir por las calles me los encontré tirados (mis dibus) en los basureros y era de entender, yo valoraba el empaque porque me rajé haciendo esa ilustración pero el comprador valoraba el contenido y lo demás sólo era para tirar.
Aquí te dejo con algunas gráficas en las que mis dibus han sido los protagonistas.