Si hay algo que nunca olvidaré de mi vida colegial son los micros (Buses) en lo que me tocaba ir al cole. Realmente era una hazaña subir a ellos y aguantar colgado de la puerta hasta que se vaya quedando vacío y así poder entrar a él. El caso era que cuando ya lograba estar dentro sin arriesgar mi vida, había llegado a mi destino y tocaba bajar. Buenos y arriesgados tiempos.