Cuando tu corazón ha sido herido y te ha llevado a esconderte de ciertas situaciones para no volver a caer en lo mismo, tu “consciente” te dice que tiene que salir y “agarrar al toro por las astas” pero a él (tu corazón) no le parece buena idea y te tiene aislado.
He pasado por esos momentos y lo único que te puedo decir es que estando allí escondido te perdés de todo lo que pasa a tu alrededor. No mirés la grieta en la montaña, sino el sol que emerge detrás de esa montaña. Zas!!! me salió.