Me encanta la ingenuidad de los niños, su libertad de decir las cosas sin ninguna malicia, su capacidad de dar cariño sin retorno, y su gran corazón olvidadizo que deja atrás cualquier malentendido para comenzar de nuevo.
Me encanta la ingenuidad de los niños, su libertad de decir las cosas sin ninguna malicia, su capacidad de dar cariño sin retorno, y su gran corazón olvidadizo que deja atrás cualquier malentendido para comenzar de nuevo.